Los retos del coworking en tiempos de pandemia

Sobre el Autor: César Enrique Zentner Alva es Coordinador y catedrático de la carrera de Administración y Emprendimiento. Estudiante del Doctorado en Administración. Magíster en negocios de la Universidad Particular de Chiclayo. Facilitador en Wadhwani Foundation.Diplomado en Tecnologías de la Información y Comunicación aplicadas a la Educación en USIL. Diplomado en habilidades gerenciales para la educación. Diplomado en Liderazgo Digital.
La pandemia actual ha obligado a las organizaciones a adaptarse recurriendo al teletrabajo. A lo largo de los meses transcurridos en este contexto de trabajo a distancia, se ha pedido a los empresarios que reflexionen sobre la formulación de una visión del teletrabajo que pueda armonizar con las necesidades de los diferentes tipos de empleados.
 
En pleno apogeo antes de la pandemia del COVID-19, el coworking prometía un desarrollo aún mayor después de la crisis sanitaria. ¿Por qué? ¿Cuáles son las ventajas del coworking?
 
A medida que el teletrabajo se ha extendido por todo el mundo debido a la pandemia, el coworking está emergiendo cada vez más como una solución a largo plazo. Si bien trabajar desde casa llegó para quedarse, incluso después de la crisis, presenta desafíos importantes.
 
En sus inicios, el coworking estaba destinado a los independientes. Este último vino principalmente para conocer a profesionales de diferentes sectores. Pero desde la pandemia del COVID-19, el coworking ha afectado a personas que no eran el público inicial de los espacios compartidos: los nuevos teletrabajadores de la crisis sanitaria.
 
Sin embargo, en el corazón de la crisis del COVID-19, algunos participantes de coworking experimentaron algunas dificultades (en particular WeWork). El sector aún joven y frágil se ha visto sacudido por la crisis sanitaria. Los espacios tuvieron que cerrarse porque generaban demasiados costos que ya no estaban cubiertos por los trabajadores que preferían quedarse en casa.
 
Sin embargo, la crisis sanitaria también fue una oportunidad para que el coworking se reinventara. De hecho, con la pandemia, los métodos de trabajo tuvieron que evolucionar. El teletrabajo se ha extendido y tanto las empresas como los trabajadores lo han adoptado. Y esta tendencia general hacia el teletrabajo debería continuar después de la crisis sanitaria.
 
De manera más general, las empresas tendrán que cambiar sus espacios de trabajo para darles más flexibilidad. La optimización de los costos inmobiliarios también está en la agenda. Esto es tanto más cierto cuanto que la inestabilidad generada por la crisis ha hecho que las empresas se muestren reacias a volver a participar en un arrendamiento comercial clásico. Por lo tanto, el coworking parece ser la solución ideal para abordar estos problemas: permite a los colaboradores trabajar en buenas condiciones y a las empresas reducir sus costos. Los espacios de coworking también se han adaptado para cumplir con las medidas sanitarias recomendadas por los gobiernos: distanciamiento social, uso de mascarilla, gel desinfectante, espacios ventilados y aforo limitado.
 
De hecho, la calidad de vida es más importante que nunca. Después de la libertad de trabajar desde casa, a muchos empleados les resulta impensable volver a la oficina a tiempo completo. De hecho, una encuesta sobre los deseos de los empleados después de la pandemia, realizada en LinkedIn en junio de 2020 a 1200 encuestados, informa las siguientes cifras: el 60,6% quiere una combinación de teletrabajo y oficina y el 33,1% quiere ser exclusivamente teletrabajo. En consecuencia, solo el 6,3% desea volver a la oficina a tiempo completo.
 
Según una encuesta de Leger Marketing, «el 31% de los empleados estaría de acuerdo con un recorte salarial a cambio de un mejor equilibrio entre el trabajo y la familia». Más flexibilidad es lo que quieren los empleados de hoy (Schmouker, 2020). Y esta fórmula basada en el teletrabajo da un lugar de honor al coworking.
 
Si esta metodología se vuelve esencial, las empresas podrían dar a los empleados la opción de cambiar entre tres espacios de trabajo: su oficina clásica, su hogar (home office) o el espacio de coworking.
 
Por supuesto, el coworking también tiene sus límites. Por lo tanto, no será adecuado para todos y para todas las actividades, especialmente cuando el negocio está creciendo. Tampoco hay que minimizar otro inconveniente del coworking: la contaminación acústica que puede generar a los usuarios que necesitan calma. También tenemos que buscar el espacio adecuado porque, por el momento, las grandes ciudades son las que mejor dotan de espacios compartidos y los pueblos pequeños no son muy dinámicos. El modelo de negocio del coworking también mostró sus límites durante la crisis de salud: las plataformas deberán asegurar la fidelidad de los usuarios, pero también limitar los costos para encontrar un equilibrio financiero.
 
En resumen, los beneficios económicos del espacio de trabajo colaborativo son incomparables. En primer lugar, con el modelo de teletrabajo/coworking, se evitan los costos de acondicionamiento, mobiliario y equipamiento relacionados con la oficina permanente. Dicho esto, la empresa también se beneficia de una flexibilidad excepcional en términos de espacio. De hecho, el coworking permite una variedad de arreglos hechos a medida. Al mismo tiempo, nos libera de un compromiso a largo plazo: los costos fijos se transforman así en costos variables, dependiendo de los planes de la empresa.
 

¿Qué podemos aprender de los emprendedores?

Sobre el Autor: Luis Salazar es un experto en innovación y emprendimiento. Es socio fundador de Investa VB, un gestor de ecosistemas de innovación corporativa.
Ante un entorno cada vez más incierto, ¿Qué podemos aprender de los emprendedores?

En estos días no dejo de preguntarme ¿qué podemos hacer ante un entorno altamente incierto? La pandemia del COVID y el entorno político en el Perú hoy han llevado a una sensación de alto riesgo por parte de los inversionistas. Cabe resaltar que cuando hablamos de inversionistas no sólo nos referimos a las grandes inversiones del exterior, sino a las inversiones más modestas hechas por emprendedores en startups, emprendimientos tradicionales

Según datos de PRODUCE a 2019 representan el 99,48% del total de empresas formales en la economía peruana: 96,04% son microempresas y 3,44% pequeñas. Un gran porcentaje de estos emprendedores si bien serán más cautos, no desaparecerán pues el emprendimiento es su sustento de vida. Mi sensación es que el emprendedor no parará, buscará soluciones a nuevos problemas, ajustará sus modelos de negocio. Aquí es donde creo que hay una gran lección que aprender de los emprendedores, ellos aprenden no solo a trabajar con lo que tienen a la mano sino a lidiar con la incertidumbre y aprovecharla a su favor.

En el año 2001 Saras Sarasvathy publica su primer paper “Efectuación” en el cual analiza la los comportamientos de diversos emprendedores de éxito. Sobre la base de este estudio ella se percata de algunos puntos en común entre estos, 5 principios que distan del pensamiento causal. ¿Qué podemos aprender de los emprendedores hoy?

1. Pájaro en mano: Aprovecha lo que tienes a tu alcance. Esta combinación les permite implementar y ajustar en el camino. ¿Quién eres? En qué destacas, tus preferencias, personalidad pueden ser una base muy rica para desarrollar. ¿Qué sabes? La experiencia de vida, tus estudios, tus hobbies, idiomas, etc. ¿A quién conoces? Tus amigos, familia, compañeros de estudio, excompañeros de trabajo, conocidos, tus redes sociales, etc. Aprende a capitalizar tus redes.

2. Pérdida aceptable: Los emprendedores evalúan riesgos medidos. Los emprendedores suelen focalizarse en riesgos controlados en vez de en retornos esperados. La pérdida aceptable no depende del proyecto sino de la persona.

3. Limonada: “si la vida te da limones” los emprendedores no solo saben trabajar con lo no esperado sino que toman ventaja de ello a su favor. Tomemos los casos de muchos negocios como Wempo, María Amenara o los dark kitchens que han sabido aprovechar a su favor un escenario tan adverso como el COVID.

4. Co-creación: La co-creación no solo te permite un menor desembolso de caja sino también sinergias con otros jugadores: apóyate en ellos para crear mejores soluciones. Me encanta como Kokopelli Hostel Barranco ha creado un ecosistema en Barranco integrando a otros jugadores como Dada y El Turco en su propuesta de valor.

5. Piloto de avión: enfócate en lo que puedes controlar. Si bien el futuro no es predecible muchos de los condicionantes, para tener cierto control de él, sí lo son. Trabajar con quienes eliges y cuando lo eliges y enfocado en lo que elijes puede hacer una gran diferencia.

El rol de la Mujer en el Emprendimiento

Sobre la Autora: Debbie Vilcapoma es parte del Equipo Gestor en Hub Udep

«Si los inversionistas hubieran invertido la misma cantidad de capital en empresas dirigidas por mujeres, habrían generado US$85 millones adicionales en ingresos.»

De acuerdo a algunos reportes, podemos conocer que en los últimos años el impulso de los emprendimientos en general y de cómo están colocando a Perú en el mapa para atraer más inversionistas y poder convertirnos en uno de los próximos hubs de innovación y emprendimiento a nivel LATAM; sin embargo estas buenas noticias van acompañadas a la baja tasa de startups liderados por mujeres que reciben inversión de fuentes externas, podemos decir que los financiamientos no están llegando equitativamente.

El último reporte del BID Lab “Tecnolatinas 2021” nos muestra que sólo el 10% de startups en LAC (Latinoamérica y el Caribe), tienen al menos a una mujer como fundadora y esto es similar a Israel (9%); sin embargo el porcentaje está creciendo en Estados Unidos con un 22% y es buen factor que afecta a nivel global, además según el Banco Mundial en LATAM solo el 5% del capital de riesgo van destinados como inversión a las nuevas empresas con gran potencial de crecimiento lideradas por mujeres.

Según MassChallengue, en promedio, las mujeres, a pesar de recaudar menos dinero, generaban más ganancia por cada dólar recaudado, las nuevas empresas dirigidas por mujeres generaron 78 centavos en ingresos, en comparación con 31 centavos para los hombres. Por ello, si los inversionistas hubieran invertido la misma cantidad de capital en empresas dirigidas por mujeres que en las dirigidas por hombres, habrían ayudado a generar US $85 millones adicionales en ingresos.

¿Cómo creamos más apoyo al ecosistema emprendedor femenino?, para ello deberíamos enfocarnos en la educación, ya que es la base para potenciar la formación en emprendimiento desde edades tempranas; crear programas para promover el espíritu emprendedor como opción de trabajo y que no sólo se genera por necesidad, haciéndoles conocer las historias de éxito de muchas emprendedoras globales que están liderando varios sectores, no podría nombrar a todas las mujeres emprendedoras que conozco y respeto muchísimo, empezando con los emprendimiento de los diversos programas que tienen la incubadora Hub Udep, siendo una de ellas el programa WISE que forman emprendedoras en las líneas STEM (science, technology, engineering and mathematics), a través de capacitaciones, mentorías y visibilidad ante otros actores del ecosistema.

Debemos seguir trabajando para eliminar ciertas creencias sociales que afirman que la mujer tiene menor compromiso (postulan menos a las convocatorias), menor capacidad de obtener beneficios en los negocios, dificultad de aguantar la presión y gestionar sus emociones. Como conclusión, persisten estereotipos retrógrados que poco a poco hay que eliminar a través de la educación.

Otro factor a considerar es seguir creando redes de apoyo con mentores y conectores, aprovechar los programas de entrenamiento tanto privadas y públicas de incubadoras,  aceleradoras y entidades del gobierno. Actualmente existen fondos a nivel global que están invirtiendo en emprendimientos liderados por mujeres, uno de ellos es WeInvestLatam, comunidad de mujeres con poder de decisión en fondos de inversión, Family Offices y ángeles inversionistas.
Conozco de primera mano que ser emprendedor es cuestión de paciencia, perseverancia y tener como objetivo romper expectativas. Así como dice la frase “La unión hace la fuerza”, las mujeres empresarias tienen que estar juntas y compartir sus experiencias, logros, dificultades, éxitos etc., siempre habrá alguna persona que no pudo lograr algún objetivo y puedas compartir tu experiencia (Frase de GirlIn Corporation), siendo parte de una incubadora de negocios mi meta es seguir aportando a crear un ecosistema emprendedor más equilibrado, no sólo por cumplir una cuota de igualdad, ni por moda, va por los resultados en los negocios cualquiera sea el tamaño y convertirlo en emprendimientos más rentables.

Fondo soberano de riqueza, capital e innovación

Sobre el Autor: Pablo Secada, Economista y Candidato al Congreso por el PPC

“La mejor opción muy rara vez es adoptada como política pública. No la pierdan de vista, sin embargo. Puede ser adoptada parcialmente. Estén listos para cuando se presente la oportunidad.”

Me gustaría hacer dos propuestas, desde la perspectiva de las políticas públicas y las finanzas.
Los emprendedores necesitan contrapartes en el estado que tengan autonomía política, financiera y una disponibilidad de recursos significativamente superior. Esos tres objetivos se consiguen con un fondo soberano de riqueza (FSR).

Nuestro país tiene decenas de fondos y cuentas especiales del Tesoro que son FSR. Nuestra propuesta es consolidarlos gradualmente, en un solo fondo que sea autónomo constitucionalmente si es posible. Estimamos que los activos financieros del sector público no financiero, excluyendo el Fondo de Estabilización Fiscal, ascendieron a $25.7 mil millones el 2020. $16.2 mil millones y $4.2 mil millones, respectivamente, se ahorraron en depósitos a plazo y depósitos a la vista, respectivamente. El activo financiero del sector público no se ahorra en bancos. Ningún fondo soberano de riqueza del mundo hace tal cosa.

Estimamos que si se invirtieran esos recursos en un fondo soberano de riqueza administrado adecuadamente, se obtendrían ingresos de $774 millones anuales adicionales en promedio. Ustedes harían una revolución con una fracción.

En nuestro país personas naturales pueden financiar empresas. Fondos locales lo hacen desde $1 millón aproximadamente. Fondos internacionales, muy competitivos porque el costo del dinero es bajísimo y las valorizaciones de empresas son altas, cierran transacciones desde unos $10 millones.
El boom de los fondos ESG ha abierto una nueva alternativa de financiamiento, más a tono con el tamaño de las necesidades de financiamiento locales. Tienen que ser parte de esta revolución.

No les quiero vender ilusiones. El mercado de capitales (MK) local no es competitivo. Si pueden, busquen los fondos afuera. Necesitan gobierno corporativo, visión y experiencia, así sea en el directorio o de algún accionista. Distínganse de las típicas empresas familiares que están en el mismo sector por generaciones.

Tampoco lo quiero hacer con el FSR. La mejor opción muy rara vez es adoptada como política pública. No la pierdan de vista, sin embargo. Puede ser adoptada parcialmente. Estén listos para cuando se presente la oportunidad.

¿Cómo financiarnos sin bancos, ángeles o VC?

Sobre el Autor: Luis Salazar es un experto en innovación y emprendimiento. Es socio fundador de Investa VB, un gestor de ecosistemas de innovación corporativa.

¿Es posible financiarnos sin bancos, sin ángeles o sin VC?

Si bien no serán la única de vía de financiamiento y eventualmente podrás complementarla con otras, sí existen maneras alternativas de financiarnos.

Entre estas alternativas tenemos:
1.      Bootstrapping o financiarte a través de clientes: Muchas empresas han logrado financiarse a través de sus clientes, mencionaré sólo algunas de éstas formas: matchmaking, pago por adelantado, suscripción, etc.

2.      El Estado y organismos internacionales: Existen múltiples instrumentos de financiamiento otorgados por instituciones como Concytec, Innóvate Perú, Turismo Emprende, etc. Existen fondos para micro, pequeña y gran empresa que desde apoyo a ideas innovadoras, empaquetamiento, validación, investigación, etc. La mayor parte de estos fondos son NO REEMBOLSABLES, es decir, no requiere que la empresa devuelva el dinero.

3.      Aceleradoras e incubadoras: Estas instituciones apoyan al crecimiento de empresas. Muchas de ellas ofrecen mentorías, asesoría legal, etc. Otras incluso te dan un pequeño monto de capital. Hoy, gracias a las redes puedes postular no solo a las nacionales sino a grandes aceleradoras de primer nivel como Startup Chile o 500 Startups sin siquiera moverte del Perú. Algunas de ellas ofrecen sus programas 100% virtuales.

4.      Alianzas: muchas veces no tienes el dinero para crecer tú solo. A veces el aliarte con otra empresa te ayuda a crecer más rápido o te ayuda a gastar menos y generar más. El típico ejemplo con las franquicias, otras empresas que te ayuden a destinar tu capital a tu generador inmediato de ingresos (tu “core”), o aliados que te ayuden a coinvertir.

5.      Amigos, familia y tontos (como se conoce en mundo anglosajón FFF): suelen ser a los primeros a los que buscamos cuando vamos a poner en marcha un emprendimiento. Son tu opción más segura. ¡Aprovecha tu red de contactos!

6.      Capital propio y préstamos personales, OJO, la tarjeta de crédito es una muy mala opción dadas las altas tasas.

7.      Crowdfunding: este tipo de financiamiento existe en muchos países hace mucho y estaremos oyendo de él mucho en los próximos meses. Es financiarte con muchos prestamistas (crowd=multitud, funding=fondos). Existen diversos tipos de crowdfunding, de acciones, donación, préstamo, etc. 

#bootstrapping #financiamiento #crowdfunding

¿Necesitamos Más Innovadores?

Sobre el Autor: Javier Benavides es socio de Investa VB, financiero y estratega de la innovación. Realidad y futuro juntos para construir puentes racionales entre la innovación (un medio) y el core business corporativo con un objetivo claro: capturar mercados y ganar la preferencia del cliente de manera rentable y generadora de valor a corto, mediano y largo plazo. Customer Centric no basta si no hay sentido común empresarial.
Joseph Schumpeter ya mencionaba hace cerca de setenta años que los agentes de cambio son los empresarios innovadores. En estos últimos diez años esa afirmación se afirma hoy en términos reales de manera impresionante. Cada vez más personas quiere entrenarse en elementos agile, en innovación, en generar squads, tribus con miles de post its y divagando entre design thinking y lean. Lo bueno es que veo muchos experimentadores, pero aún pocos squads que están saliendo a la calle, a ser ghosts de la realidad para entenderla y ser los que alimenten la creatividad previa a la innovación. Lo malo es que estamos convirtiendo a personas en usuarios o customer personae donde se contradice una supuesta filosofía customer centric con búsqueda de encasillar y atrapar a las personas que desean bienestar (o mejor dicho, estar bien, sentirse bien y con valor).

Por otro lado, se crean direcciones, gerencias, jefaturas de innovación con capacidad vertical y no transversal. Efectivamente, la innovación es una función que aún no encuentra su lugar en los organigramas siglo XX actuales. Las universidades y centros educativos tampoco ayudan al impartir conocimiento siglo XX con técnicas siglo XXI. El conflicto es evidente y quizás entendible por ser organizaciones siglo XX con enseñanza del siglo siguiente. El ejemplo murió desde el inicio con esta evidente contradicción y contaminamos lo que enseñamos al mostrar aún teoría. Los altos directivos lo entienden perfectamente. El paradigma de «las corporaciones son lentas y no entienden» es sólo eso, un paradigma y monolito exacerbado al cual rendirle culto. Las corporaciones aún están en modo de transformar y pasar por una seria crisis de modificarse a sí mismas para servir mejor.
Y no hablamos de poco, hablamos de un transplante de corazón para las corporaciones.

Siglo XX: maximización de utilidades.

Siglo XXI: maximización de adaptación al cliente (las utilidades son una consecuencia razonable de lo bien que hagamos lo primero).
Por eso me queda la sincera duda de si realmente necesitamos más innovadores. Eso bajo el contexto de que existe una creencia de que «antes» no se innovaba, que no había «agilidad». Las grandes compañías de hoy nacieron de emprendedores ágiles y aún son más grandes que la compañía donde estás. No las desdeñes.

Si a los nuevos innovadores aún les enseñamos sobre análisis competitivo (a Michael Porter le darían arcadas ver que aún sigue esos libros suyos en vez de los nuevos con una evolución diferente), sobre gestión de proyectos fijos (que felizmente se cambia con el PMBoK versión 7 en este 2021), sobre valuación de activos financieros bajo el modelo CAPM (que aún no tiene un claro reemplazo, pero sí algunos arreglos o complementos) e incluso sobre innovación pensando en el Producto Mínimo Viable; creo que debemos reformular.

Hagamos una pausa y entrenemos mejores innovadores. Ya sea que trabajen en sus propias compañías o en las de otros. Los necesitamos y los necesitamos mejores, más ávidos, más curiosos, más rebeldes y con su mayor énfasis en probar hipótesis. Para ello, los necesitamos mas amorosos con sus clientes y más apegados a los experimentos que a las ideas.

Por ello, el onboarding debe ser con el cliente, no sólo con la compañía. Los clientes internos son cada vez menos relevantes y eso es bueno. En ese camino, los denominados departamentos de recursos humanos deben ser la cadena de transmisión principal hacia los clientes y los departamentos de servicio interno deben estar abocados a ser parte de esa estructura de servicio al que no está dentro de la compañía.

Kotler, Pförtsch y Sponholtz ya lo mencionan en su último libro H2H Marketing, , e incluso proponen que las organizaciones abandonen al fin sus ligazones a la cultura vertical actual, pues se constituye en una traba a su propia supervivencia.

El mundo está en problemas y necesita mejores innovadores. Si nos fijamos sólo en la cantidad el aprendizaje está condenado.

Por qué el fracaso empresarial es beneficioso para el País

Sobre el Autor: Javier Benavides es socio de Investa VB, financiero y estratega de la innovación. Realidad y futuro juntos para construir puentes racionales entre la innovación (un medio) y el core business corporativo con un objetivo claro: capturar mercados y ganar la preferencia del cliente de manera rentable y generadora de valor a corto, mediano y largo plazo. Customer Centric no basta si no hay sentido común empresarial.

«Una decisión de Estado que aliente a que los (malos) negocios no fracasen (o de poner trabas a su cierre) es una decisión errónea fruto de un sentimentalismo que perjudica a la sociedad a largo plazo», «se está empleando recursos en darle cama UCI a un muerto».

Es usual en el mundo emprendedor escuchar una verdad acuñada sin sustento sobre el famoso “90% de los negocios fracasa en el primer año”. Si usted realiza una búsqueda en internet (ya lo hice) encontrará pocos estudios que sustenten dicha escalofriante cifra. Startup Genome encontró que en 2019, 11 de cada 12 startups fracasó, pero hablan de startups y ellas son una fracción minúscula de las micro y pequeñas empresas en cualquier país. Además, estas compañías se reconocen como de mayor variabilidad (riesgo) que sus pares (emprendimientos de oportunidad o de sobrevivencia).  

Para un Estado ese índice de fracaso, si se comprobara, sería preocupante. Sin embargo, la preocupación no debería estribar en el fracaso en sí, sino en los recursos no empleados de manera óptima para generar bienestar. Si se promovieran reglas que permitan alargar la vida de ese 90%, es probable que eso sea un “mal negocio” para la sociedad en su conjunto, pues se está empleando recursos en darle cama UCI a un muerto. Y los negocios no son personas: deben ser eliminados si no funcionan o no sirven a sus fines de servicio a la sociedad y a sus stakeholders.  

En Perú no tenemos estudios suficientes para entender el ciclo de vida empresarial, especialmente para las nuevas empresas. SUNAT no genera información agrupada sobre la vida tributaria de las empresas, a pesar de que tiene los datos a su disposición. Tampoco organizaciones como Registros Públicos brindan información al respecto; ni el Banco de la Nación que agrupa el movimiento de las cuentas de detracciones de las personas jurídicas.  

Si tomamos los estudios del U.S. Bureau of Labor Statistics de Estados Unidos, un 21% de los negocios nuevos falla en el primer año. Y esa cifra es consistente desde 1994, sin importar el ciclo económico. https://www.bls.gov/bdm/us_age_naics_00_table7.txt. Statistics Brain Research Institute (https://www.statisticbrain.com/) indica que esa cifra es de 25%. Estos números son menos espeluznantes que el amarillista 90%. El estudio del gobierno estadounidense muestra además que al menos el 50% de los negocios sobrevive al 5to año de operaciones.  

¿Por qué es saludable que los negocios fracasen? 
1. Permite generar un cambio rápido (pivot) a un menor costo.  
2. Significa que el aprendizaje es más rápido y efectivo (y más eficiente para la sociedad).  
3. Sin importar las estadísticas de fracaso, una rotación mayor de nuevos negocios de parte de emprendedores con experiencia permite generar empresas con mayor capacidad de crecimiento, generación de empleo, movilidad industrial acelerada y contribución a la sociedad.  
4. Las facilidades de cierre de negocios permiten un mayor enfoque en el desarrollo de negocios nuevos. 
5. Los monopolios y oligopolios tienen una amenaza natural asegurada al generarse competencia y mayores opciones para los consumidores (con mayor bienestar implícito).  

Como se observa, una decisión de Estado que aliente a que los negocios no fracasen (o de poner trabas a su cierre) es una decisión errónea fruto de un sentimentalismo que perjudica a la sociedad a largo plazo. Las empresas y los emprendimientos, si bien pueden ser objeto de cariño, deben ser objeto de bienestar. El desapego en los negocios es componente fundamental en la construcción del éxito.  

¡Que éste sea tu año emprendedor! 

Innovación abierta en la pequeña agricultura familiar

Sobre el Autor: Alejandro Bernaola es Gerente de Alianzas ACM Ventures y Socio fundador en Investa VB.

«El Ministerio de Agricultura hace un año decidió realizar un proceso de innovación abierta, aunque formalmente no lo llamaron así, en la práctica es lo que se ha hecho.  Se convocaron empresas y emprendedores a que presenten y piloteen soluciones innovadoras para la agricultura familiar.»

En el Perú se viene llevando a cabo uno de los proyectos más novedosos e innovadores en el sector agrario de los últimos años, esta vez no se trata de obras de irrigación ni de costosos sistemas de extensión, sino que se trata de resolver la pregunta: ¿cómo hacemos para que los pequeños productores agrarios mejoren sus decisiones de producción y comercialización?
 
Se estima que existen más de 2.13 millones de unidades productivas llamadas “pequeña agricultura familiar”, muchas sumidas en pobreza y pobreza extrema, que enfrentan problemas como desorden en su producción, baja calidad de post cosecha, infraestructura vial inadecuada para conexión a mercados, presencia de un número alto de intermediarios, entre otros.  Todos estos son factores que disminuyen permanentemente su rentabilidad y competitividad.
 
Frente a esto, junto con todas las actividades regulares que desempeña el Ministerio de Agricultura, hace un año decidieron realizar un proceso de innovación abierta, aunque formalmente no lo llamaron así, en la práctica es lo que se ha hecho.  Se ha convocado a empresas y emprendedores a que presenten y piloteen soluciones para facilitar información para la toma de decisiones de los pequeños productores agrarios.  Un abanico de soluciones tan amplio que va desde mejora de aspectos productivos, información de precios de venta, oportunidades de comercialización, costos de insumos y factores de producción, oportunidades de inversión, información agroclimática, plagas y enfermedades, gestión agrícola entre otros, hoy se encuentran trabajando de la mano de productores y el gobierno.
 
Lo interesante de este ejercicio es que muchos de los factores que afectan al pequeño productor, también son válidos para las grandes explotaciones agrarias.  Si bien estas últimas son operaciones modernas que controlan bien variables como genética de semilla, eficiente fertilización y control fitosanitario, les es imposible controlar el stress abiótico (stresses ambientales como la sequía, salinidad, elevada iluminación y temperaturas extremas).  Con lo cual, un productor moderno puede preguntarse de qué le sirvió gastar más dinero en una mejor semilla, si al final en el ciclo productivo enfrenta cambios drásticos de temperatura que hace que esa semilla no alcance todo su potencial productivo.  Este hecho se configura como un mercado interesante de crecimiento para las soluciones que hoy se vienen piloteando.
 
Entre las soluciones que hoy se vienen piloteando se tiene: Proyecto PACHATEC de inQube LATAM que es un esfuerzo para crear una red troncal digital sin semáforo para la cadena de valor agrícola (http://www.inqube.biz/latam/), PEDRO El Datero de ACM Ventures que brinda información diaria de clima y precios de mercado a más de 22 mil usuarios (https://www.pedro.com.pe), Infoagro que provee información relevante para la toma de decisiones (https://www.infoagro.pe) y Walkie Talkie AGROS que funciona como central telefónica de asesorías técnicas, acceso a información relevante (clima, consultas, etc), y creación de la identidad digital del agricultor familiar (https://agros.tech).  Estas son sólo cuatro de las más de diez soluciones que se vienen implementando a lo largo del Perú.
 
Si se afirma que la compra de The Climate Corporation por parte de Monsanto en el 2013 hizo que los inversionistas empiecen a ver el agtech como un destino de inversión relevante, tanto que hoy es uno de los principales destinos de inversión con casi 5 billones de dólares invertidos en startups en el 2019, lo mismo sucede con startups que ofrecen soluciones digitales para pequeños productores como el caso de  Wefarm que opera en Kenya, Uganda y Tanzania con más de 2 millones de pequeños productores y ya ha recibido inversión de True Ventures, LocalGlobe y Accelerated Digital Ventures. 
 
Así pues, no sería extraño que alguna de estas soluciones que hoy se pilotean a lo largo del Perú termine representándonos en uno de los FAC de los próximos años, lo que le permitirá acercar su propuesta a pequeños productores agrarios del mundo. 

Futuro y expectativas post pandemia en el mercado de startups

Sobre el Autor: Renzo Salas es Finance Manager en Wayra Hispam, MBA e ingeniero industrial con experiencia en administración de empresas, innovación abierta en corporaciones e inversión en startups. 

«Esperemos que este año de transformación digital acelerado forzado sea el caldo de cultivo para identificar las startups de las que hablaremos en el futuro y serán los futuros casos de orgullo como lo son Fitco, Joinnus y Chazki, como ejemplo de varias otras que han realizado un trabajo espectacular este 2020 con resultados diversos, pero mostrando la calidad humana detrás siempre, que sin calidad humana no se tiene nada de lo que hemos hablado en este artículo.»

El año 2020 pasará a la historia de la humanidad y quedará grabado en la memoria de esta generación como el año en que el mundo cambió repentinamente, ya sea para bien o para mal, el cambio en nuestros estilos de vida ocurrió. Como foco de este artículo me gustaría llevarlos a reflexionar en el cambio de varias industrias. Además, pensar en las tendencias que, ya siendo fin de 2020, podemos avizorar quedarán para los próximos años relacionado a startups.
 
Esta situación de pandemia se dio globalmente y casi en simultáneo, con algunas semanas de desfase si queremos ser más estrictos entre regiones: primero Asia, luego Europa y América. En este sentido casi en paralelo todos los ciudadanos del mundo nos hemos visto en la necesidad de adaptar nuestro trabajo, nuestras actividades de ocio, nuestro consumo, en resumen, toda nuestra vida. La ventaja de la globalidad actual no solo jugó en favor de la expansión del virus que viajó en aviones, sino también de las personas, dado que la información viajó vía fibra óptica, y hoy en día contamos con herramientas como el internet, la programación y emprendedores tecnológicos que no tuvimos en la última gran pandemia de 1918.
Desde Wayra Hispam, nos dedicamos a buscar startups tecnológicas que aporten valor a la transformación digital de empresas e individuos en diferentes países del mundo, con enfoque de alcance global y fomentando que grandes corporaciones incorporen la innovación abierta a sus procesos tradicionales. 
 
Yendo directamente al foco relacionado a startups, esta pandemia fue prueba de fuego para muchos emprendimientos digitales que sirvieron para mostrar nuevas posibilidades y ayudar a empresas tradicionales a sobrevivir. Y me gustaría compartir el caso de 3 empresas del portafolio de Wayra durante la pandemia.
 
Primero tenemos el caso de Fitco, startup dedicada a proveer su sistema de gestión a gimnasios, clubes deportivos y centros fitness, la cual fomentó nuevas formas de monetización e ingresos para sus clientes. Pongámonos en los zapatos de un gimnasio, cuando recién se está en la última fase de reactivación, y se está considerando la reapertura de gimnasios. Son más de 8 meses a puertas cerradas donde ningún bono, ni préstamo, ni eficiencia en gastos soportaría estar sin operar. A través del servicio Fitco Live, los gimnasios son capaces de montar una plataforma digital con contenido propio para brindar clases online y en vivo a través del dispositivo que el cliente prefiera. Si bien estos ingresos no reemplazan inmediatamente los ingresos tradicionales de suscripción y operación física, sí que son bien recibidos y, además, significa mantener cubierta la necesidad de ejercitarse de los usuarios (la cual no desaparece con la pandemia, solo se transforma en la forma). Esta nueva línea de ingresos no desaparecerá con la reapertura de gimnasios, se complementará formando una línea de negocio por seguir desarrollando.
 
Caso similar, de una empresa que permitió seguir monetizando a sus clientes es Joinnus, plataforma para gestionar eventos y vender entradas online. Con las restricciones de eventos masivos, se han enfocado en ofrecer su plataforma y tecnología para fomentar eventos online, talleres, contenido y tienda virtuales a todos los creadores de contenido que antes ofrecían entradas en esta plataforma para llenar conciertos, teatros y estadios. Igual que el caso anterior, esta nueva línea de negocio quedará a futuro junto con las actividades de concurrencia masiva cuando se vuelvan a habilitar, dando mayores opciones y posibilidades a los consumidores de eventos por cuál canal disfrutar de los eventos que toda ciudad tiene para ofrecerte.  
 
Lo que se puede rescatar de emprendedores como los de estos dos ejemplos previos; es la capacidad de respuesta, de transformación y de ejecución. Aspectos que los inversionistas evalúan al momento de invertir en startups. Y es que la inversión en etapas tempranas está más enfocada en el potencial del equipo fundador que en el producto inicial. Somos testigos de primera línea que el producto o servicio de un momento a otro cambia. Pensemos cómo cada uno como usuario o consumidor ha cambiado sus hábitos regulares.   
 
Otro cambio que vivimos muy de cerca es el boom de los servicios delivery para compra de todo tipo de bienes. Los grandes retailers y supermercados que ya venían teniendo un canal online incipiente desde antes de la pandemia vieron como sus servicios se veían desbordados de pedidos por un canal que venía en ligero crecimiento y explotó de una semana a otra. Es ahí donde una startup como Chazki ha desplegado su capacidad de soluciones logísticas usando tecnología para ser más eficientes que operadores logísticos tradicionales, aliviando un dolor de cabeza para el sector retail y apoyando a los e-commerce a cumplir con todos los pedidos; significando esto, un crecimiento exponencial en ingresos para las empresas del sector logístico. El enfoque de Chazki es regional operando en México, Perú, Chile y Argentina; ha sabido hacer un mix de ingresos interesante acompañando a los actores regionales de retail en sus principales mercados.
 
Otro foco que se evalúa en la startups es la capacidad de internacionalización, no solo por el hecho de crecer geográficamente y en cantidad de clientes, que es súper relevante, sino por los beneficios que trae consigo ello. Diversificar el riesgo entre varios mercados eliminando la dependencia de un solo mercado. Acompañando a clientes masivos en los países donde opere como herramienta de fidelización y asegurar ingreso recurrente. Finalmente da prueba tangible que la solución está más que probada y con posibilidad de seguir creciendo para atraer inversionistas a rondas serie A o serie B y conseguir potenciales exits (ventas de participación) con retornos interesantes para los inversionistas de rondas semilla. A más casos de éxito de startups que entreguen retorno, el mercado de Venture Capital o Inversión de Riesgo en startups será más conocido y tendrá más recursos a disposición localmente en Perú, pues a nivel regional se encuentran más desarrollados y con casos de éxitos más conocidos.  
 
La pandemia como hemos visto en estos casos puntuales ha significado un reto muy difícil, a lo mejor el más difícil en la vida y operación de muchos sectores. Y si globalmente se habla de Zoom y su valor como compañía como herramienta predilecta para conectar personas en cuarentena, felizmente tenemos casos peruanos de startups que no solo han sido creativos en la generación de nuevas líneas ingresos, sino que han permitido brindar solución a sectores y empresas que se hubieran visto superadas por la pandemia.
 
Dicen que el emprender no es fácil, que hay varias maneras más fáciles de hacerse millonario. Y esto aplica tanto para emprendedor como inversionista en Venture Capital. Una startup nace, crece y explota comercialmente no solo impulsado por el afán económico, sino por el afán primordial de buscar satisfacer una necesidad y atender un problema no atendido. Durante este año de pandemia las nuevas reglas de juego generaron incertidumbre y necesidad de cambio, felizmente contamos con emprendedores con actitud y capacidad de ejecución que han sabido encontrar modos de satisfacerlas.
 
Como conclusión, una de las principales perspectivas que rescato es que las nuevas líneas de negocio que se han probado en esta etapa llegaron para quedarse y convivirán con los modelos de negocio que existían pre-covid complementándose en una rica oferta a los clientes que son los máximos beneficiados. La segunda es que esta generación de emprendedores que vivió este momento de cambio tan radical inspirará a una nueva generación de emprendedores, los cuales hoy en día podrían estar dentro de los equipos de estas startups como desarrolladores, como responsables de marketing o ventas; que ya saben cómo se gestiona una startup en la etapa de máxima presión como son las crisis. También podríamos tener futuros emprendedores en los usuarios que han vivido el año más digital y disruptivo de la historia, los cuales podrán identificar nuevas necesidades que irán surgiendo. Y finalmente si hablamos de startups hablamos de inversionistas que van de la mano, creciendo juntos y esperemos que este año de transformación digital acelerado forzado sea el caldo de cultivo para identificar las startups de las que hablaremos en el futuro y serán los futuros casos de orgullo como lo son Fitco, Joinnus y Chazki, como ejemplo de varias otras que han realizado un trabajo espectacular este 2020 con resultados diversos, pero mostrando la calidad humana detrás siempre, que sin calidad humana no se tiene nada de lo que hemos hablado en este artículo.   

Gestión pública descentralizada del emprendimiento y la innovación en el Bicentenario

Sobre el Autor: Bronny Loayza es Project Manager en Peru Global Projects PGP, con experiencia en gestión comercial, marketing, administración, finanzas y emprendimiento. 

«Si hay una nueva visión política que inspire a nuestros gobernantes a desplegar nuevas estrategias de desarrollo económico y social, manteniendo la cercanía con la población, implementado una gestión por resultados en todas las Instituciones del Estado, el Perú podría alcanzar una nueva convivencia social y una reactivación económica inclusiva en los próximos 3 a 5 años.»

A pocos meses de celebrar 200 años de fundación republicana, el Perú tiene grandes retos pendientes por superar; algunos de ellos son: la alta informalidad empresarial y laboral, la baja productividad empresarial (especialmente en las micro y pequeñas empresas), la excesiva concentración de grandes y medianas empresas en Lima; entre otros. Si queremos llegar a ser un país moderno, desarrollado y descentralizado, es necesario comprometer a los diversos actores del sector público y privado a superar estos retos a través de una “agenda país”.

Cada día, miles de peruanos emprenden un negocio ya sea por necesidad de emplearse o por una oportunidad identificada en el mercado. Los emprendimientos en general explican la actual estructura empresarial de la economía peruana[1] conformada por el 95.9% de microempresas, 3.6% son pequeñas empresas, 0,1% son medianas empresas; y sólo el 0,4% son grandes empresas formales. A su vez, la gran mayoría de emprendedores se mueven en la informalidad y contratan alrededor del 72% de los trabajadores informales siendo la principal fuente de empleo para la mayoría de peruanos en todas las regiones del país[2]. Por su parte, las medianas y grandes empresas son quienes tienen mayor capacidad para contratar empleo formal están ubicadas mayormente en Lima con el 66.4% y 72.62% respectivamente.

Son diversos los motivos que explican la informalidad empresarial y laboral; algunos tienen que ver con barreras legales para la formalización, otros con el comportamiento del empresario (es conveniente mantenerse en la informalidad); y otros con la baja productividad de las empresas. Para poder mejorar la productividad y competitividad de los emprendimientos, mypes, pymes y empresas en general, se debe fomentar la innovación como uno de sus componentes principales[3]; ello implica adoptar una nueva mentalidad para que los emprendedores, empresarios y el Estado inviertan y apuesten por la innovación.

Por el lado de los emprendedores, hay un avance interesante -pero insuficiente- en la generación de nuevas empresas con perfil innovador y potencial de crecimiento en el mercado; particularmente en Lima, en donde se encuentran los agentes que forman el ecosistema de emprendimiento e innovación. Fuera de Lima, los emprendedores innovadores tienen dificultades para acceder a mercados de mayor tamaño, a inversionistas y en generar sinergias con grandes empresas; adicionalmente a ello, no cuentan con el apoyo formal de los gobiernos locales.

En el empresariado, la innovación cuesta ser entendida en su real dimensión y aún no es considerada por muchos gremios empresariales como prioridad y factor clave para poder competir en estos tiempos. Salvo excepciones, en general hay barreras para desarrollar una cultura de innovación a nivel organizacional y destinar parte de las utilidades en I+D.

Por el lado del Estado, el emprendimiento y la innovación es gestionada directamente por el gobierno central a través de los Ministerios y el Concytec como organismo especializado. Los logros obtenidos a la fecha no parecen estar claros; sin embargo, la inversión en innovación debería ser al menos cinco veces más de lo que se invierte hoy; para ello, se ha elaborado el Plan Nacional de Competitividad y Productividad 2019-2030 el cual se encuentra en ejecución.

Por lo expuesto líneas arriba, es necesario realizar cambios comenzando por la mentalidad de la clase política que dirige el país. El Perú es diverso, complejo y no es viable dirigirlo como si fuera sólo una parte de Lima (“Lima Moderna»), es necesario adoptar un sistema de gestión pública descentralizada en una segunda fase y adaptada a los tiempos actuales. Estas reformas deben considerar la formación de verdaderas regiones -y no departamentos- para pasar de 26 gobiernos regionales a 12-16 con indicadores y metas asignadas (Ej.: crecimiento del empleo formal, n° de Startups regionales, etc.), articulados con los programas nacionales del gobierno central y empoderados eficazmente junto con sus funcionarios de las Gerencias de Desarrollo Económico y Social. Asimismo, las reformas deben incluir a las 194 Municipalidades Provinciales y 1,634 Municipalidades Distritales urbanas y rurales de todo el país.

Los países desarrollados normalmente son descentralizados y dependen tanto de la inversión privada como pública; es por ello que no llama la atención que las autoridades de gobiernos subnacionales promuevan la inversión privada en sus territorios, fomenten el crecimiento y la internacionalización de sus empresas representativas, al igual que sus startups y el arribo de talento humano a sus regiones. Si hay una nueva visión política que inspire a nuestros gobernantes a desplegar nuevas estrategias de desarrollo económico y social manteniendo la cercanía con la población, implementado una gestión por resultados en todas las Instituciones del Estado, el Perú podría alcanzar una nueva convivencia social y una reactivación económica inclusiva en los próximos 3 a 5 años.
 

[1] Anuario Estadístico Industrial, MIPYME y Comercio Interno – Produce 2018
[2] Economía informal en Perú: Situación actual y perspectivas – CEPLAN mayo 2016
[3] La Productividad como clave del crecimiento y el desarrollo del Perú y el mundo – BCRP junio 2016