Sobre el Autor: Pablo Secada, Economista y Candidato al Congreso por el PPC
“La mejor opción muy rara vez es adoptada como política pública. No la pierdan de vista, sin embargo. Puede ser adoptada parcialmente. Estén listos para cuando se presente la oportunidad.”
Me gustaría hacer dos propuestas, desde la perspectiva de las políticas públicas y las finanzas.
Los emprendedores necesitan contrapartes en el estado que tengan autonomía política, financiera y una disponibilidad de recursos significativamente superior. Esos tres objetivos se consiguen con un fondo soberano de riqueza (FSR).
Nuestro país tiene decenas de fondos y cuentas especiales del Tesoro que son FSR. Nuestra propuesta es consolidarlos gradualmente, en un solo fondo que sea autónomo constitucionalmente si es posible. Estimamos que los activos financieros del sector público no financiero, excluyendo el Fondo de Estabilización Fiscal, ascendieron a $25.7 mil millones el 2020. $16.2 mil millones y $4.2 mil millones, respectivamente, se ahorraron en depósitos a plazo y depósitos a la vista, respectivamente. El activo financiero del sector público no se ahorra en bancos. Ningún fondo soberano de riqueza del mundo hace tal cosa.
Estimamos que si se invirtieran esos recursos en un fondo soberano de riqueza administrado adecuadamente, se obtendrían ingresos de $774 millones anuales adicionales en promedio. Ustedes harían una revolución con una fracción.
En nuestro país personas naturales pueden financiar empresas. Fondos locales lo hacen desde $1 millón aproximadamente. Fondos internacionales, muy competitivos porque el costo del dinero es bajísimo y las valorizaciones de empresas son altas, cierran transacciones desde unos $10 millones.
El boom de los fondos ESG ha abierto una nueva alternativa de financiamiento, más a tono con el tamaño de las necesidades de financiamiento locales. Tienen que ser parte de esta revolución.
No les quiero vender ilusiones. El mercado de capitales (MK) local no es competitivo. Si pueden, busquen los fondos afuera. Necesitan gobierno corporativo, visión y experiencia, así sea en el directorio o de algún accionista. Distínganse de las típicas empresas familiares que están en el mismo sector por generaciones.
Tampoco lo quiero hacer con el FSR. La mejor opción muy rara vez es adoptada como política pública. No la pierdan de vista, sin embargo. Puede ser adoptada parcialmente. Estén listos para cuando se presente la oportunidad.
Los emprendedores necesitan contrapartes en el estado que tengan autonomía política, financiera y una disponibilidad de recursos significativamente superior. Esos tres objetivos se consiguen con un fondo soberano de riqueza (FSR).
Nuestro país tiene decenas de fondos y cuentas especiales del Tesoro que son FSR. Nuestra propuesta es consolidarlos gradualmente, en un solo fondo que sea autónomo constitucionalmente si es posible. Estimamos que los activos financieros del sector público no financiero, excluyendo el Fondo de Estabilización Fiscal, ascendieron a $25.7 mil millones el 2020. $16.2 mil millones y $4.2 mil millones, respectivamente, se ahorraron en depósitos a plazo y depósitos a la vista, respectivamente. El activo financiero del sector público no se ahorra en bancos. Ningún fondo soberano de riqueza del mundo hace tal cosa.
Estimamos que si se invirtieran esos recursos en un fondo soberano de riqueza administrado adecuadamente, se obtendrían ingresos de $774 millones anuales adicionales en promedio. Ustedes harían una revolución con una fracción.
En nuestro país personas naturales pueden financiar empresas. Fondos locales lo hacen desde $1 millón aproximadamente. Fondos internacionales, muy competitivos porque el costo del dinero es bajísimo y las valorizaciones de empresas son altas, cierran transacciones desde unos $10 millones.
El boom de los fondos ESG ha abierto una nueva alternativa de financiamiento, más a tono con el tamaño de las necesidades de financiamiento locales. Tienen que ser parte de esta revolución.
No les quiero vender ilusiones. El mercado de capitales (MK) local no es competitivo. Si pueden, busquen los fondos afuera. Necesitan gobierno corporativo, visión y experiencia, así sea en el directorio o de algún accionista. Distínganse de las típicas empresas familiares que están en el mismo sector por generaciones.
Tampoco lo quiero hacer con el FSR. La mejor opción muy rara vez es adoptada como política pública. No la pierdan de vista, sin embargo. Puede ser adoptada parcialmente. Estén listos para cuando se presente la oportunidad.